Gestión de conflictos




El cliente
NO siempre
tiene la razón
y yo tampoco

por gerardo figueroa g*

Esto, que no es ninguna novedad, suele ser un tema difícil de manejar para muchos, pues no siempre es fácil hacerle entender a alguien que lo que pide, espera, desea o quiere no tiene mucho que ver con la realidad o el sentido común. Y esto se hace particularmente difícil cuando entre quienes se presenta esta situación existe una relación jerárquica o contractual.

Tan difícil como tener que comunicarlo es estar en condiciones de aceptarlo y como esto no siempre es fácil para ninguno de los dos, vamos a tratar con estas líneas de dar un par de tips para llevar la fiesta en paz.

El cliente no siempre tiene la razón

Normal, como dicen los chibolos. Gestionar este tipo de situaciones, darle la contra al cliente o al jefe, es particularmente difícil, pues no se nos prepara, entiéndase enseña, para argumentar eficientemente nuestros puntos de vista ni para gestionar eficientemente también la frustración de oír de otros que no tenemos la razón.

Entonces tenemos que hacer un esfuerzo por entender qué es o puede ser para los involucrados no tener la razón pues por ahí parece que está el verdadero meollo del asunto. Para muchos no tener la razón implica perder autoridad, resulta convertirse en alguien de escasa credibilidad, o lo que es peor ser percibido como poco profesional, en fin… caer en el descrédito. Obviamente cuando una noticia tiene semejante carga emocional no espere a que la persona en cuestión lo acepte como lo más natural del mundo con una sonrisa en los labios.

Cómo decirlo

Escoja bien las palabras, no se trata de acusar o demostrar que usted es mejor que el otro. Se trata simplemente de ayudarlo a ver algo que usted percibe y él no. Escoja un buen momento del día para hacerlo, quiero decir un momento en el que ambos tengan el tiempo suficiente para analizar el tema y ninguno esté bajo la presión de tener que salir o hacer otra cosa. Y finalmente escoja un buen lugar, esto pasa por elegir una oficina o espacio en el que ambos estén a gusto y no uno, en el que alguno de los dos se sienta en desventaja. Poniendo cuidado en estas tres cosas habrá avanzado bastante en la no siempre fácil tarea de decirle a alguien no tienes la razón.

Cómo escucharlo

No se ponga a la defensiva. Este es el más grande desafío al recibir una noticia de este tipo. No tener la razón no es sinónimo de error.
Lo primero que debemos hacer cuando alguien nos anuncie que no tenemos la razón, es sonreír por dentro, para poder sonreír por fuera y escuchar con buena onda a quien nos lo dice. De esta manera usted habrá allanado el camino para entender los motivos por los que, en esta ocasión parece que no tiene la razón y para aprovechar la experiencia de quién lo está ayudando a darse cuenta y no insistir en su posición, vea lo cuidadoso que he sido en no escribir, y no insistir en su error. Pues no tener la razón, ya lo dije, no es sinónimo de error.

Si usted es cliente o el superior jerárquico, déjese ayuda

Alégrese y póngase doblemente positivo para escuchar a su interlocutor. Que le den la razón no demanda esfuerzo, ni consumo de neuronas: es lo más fácil del mundo. Conocí un sujeto que vivía de eso. Hasta había acuñado su promesa, que pintaba de cuerpo entero la mediocridad de su trabajo: “Rojo quieres, rojo te doy”. Para eso no necesitamos contratar colaboradores o pagar a agencias. A los que sí se preocupan en decirle lo que piensa, déjelos hacer su trabajo, aproveche su experiencia y si en algún momento alguno de ellos le anuncia que lo que usted ha pedido, sugerido o desea no transita los límites de lo razonable, posible o como quiera llamarlo, no lo convierta en algo personal. Escúchelos, tiene la oportunidad de aprender de ellos.

Si es agencia o subordinado, dígalo bonito

Por supuesto que a nadie le gusta dar este tipo de noticias a un cliente o al jefe inmediato, pero tampoco es el fin del mundo. Saber decirle a un cliente o jefe que lo que nos ha pedido o sugerido no es posible, es parte de nuestra obligación profesional, es una de las razones por las que nos paga. Siéntase satisfecho de hacerle ver a su cliente o jefe que usted o su agencia están verdaderamente comprometidos con su empresa.

La buena agencia y el buen cliente

En el no siempre fácil vínculo que se desarrolla entre clientes y agencias, entre jefes y subordinados, tener o tener la razón debe estar en un segundo plano, el bienestar de la imagen de marca o la reputación de la empresa, es lo que hay que cuidar y en ello, a nadie le importa quién tiene la razón.


“Si piensas como yo: amigo! Si no piensas como yo: doblemente amigo! Porque podemos enriquecernos”.

*gfg es socio fundador de f&a, está en el negocio de las comunicaciones corporativas desde 1983. gfigueroa@fbc.com.pe. Ha sido supervisor creativo de JWT Peruana / director creativo de JWT y Ogilvy Ecuador / Consultor internacional del Johns Hopkins Center for Communication para programas de salud reproductiva en Ecuador, Perú, Bolivia y Nicaragua.

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